Catamarca letras

viernes, septiembre 01, 2006

¿Podré?

Drama unipersonal en un acto


Por Armando Victorio Favore


Actor: Se trata de un hombre saludable, de unos 40 a 45 años, de contextura robusta.

Vestuario: El actor viste un pantalón gris, camisa blanca, campera azul desteñido, zapatos y anteojos.

Escenografía: El escenario se dividirá en dos partes, izquierda y derecha(respecto del espectador), con diferente escenografía.

Parte izquierda del escenario: Una porción de calle, con una curva pronunciada, hacia la derecha, que aparece mojada por la reciente lluvia; a la izquierda del espectador el cordón de la vereda. Sobre el lugar en que se desarrollará la representación un farol de calle, iluminando la escena, allí mismo sobre la calle una piedra no muy grande. A la derecha del espectador un charco de agua, bien visible.

Parte derecha del escenario: Una porción de calle que aparece mojada por la reciente lluvia, a la derecha del espectador el cordón de la vereda y sobre ésta una porción de paredón de costanera.


Único acto


Se ilumina el escenario, mostrando sólo la escenografía izquierda, mientras la derecha permanece en la oscuridad; tras una breve pausa entra en escena, por la calle, el actor en evidente estado de ebriedad. Se detiene debajo del farol, observa hacia arriba, hacia abajo y a la platea con los ojos entrecerrados. Con las manos busca afanosamente un pañuelo en los bolsillos de la campera y al extraerlo arrastra involuntariamente su portadocumentos que se hallaba abierto. Hace ademán de atajarlo en el aire pero cae desparramando su contenido. Se quita las gafas y frota sus ojos con el pañuelo, como queriendo aclarar su visión. Toma aliento y se dispone a agacharse para recoger sus cosas, da un paso con las gafas en su mano derecha, no ve la piedra, la pisa, trastabilla y con una rodilla en tierra exclama.

- ¡Ay, se me dobló el pie!. No puede ser, encima esto. Y para colmo se me cayeron los documentos...

El actor menea la cabeza, suspira profundamente, se sienta cerca de los documentos en posición india y se dispone a recogerlos. Se coloca las gafas dificultosamente y abriendo grande los ojos observa a su alrededor.

- Menos mal que no viene nadie. A ver que pasó con mis cosas. !Je! No ve que macana, y ahí fue, la foto de la más chica, derecho al agua sucia de la calle.

Hace una breve pausa

- No la pude atajar y encima casi me mato, ¡todo por esa piedra!. ¡A ver!, lo, lo más importante es recuperar las fotos, especialmente la de Clarita, que se me fue al agua, pero ¿que hago con la bici?

Mira a su alrededor, como buscando algo y exclama:

- ¡Me robaron la bicicleta!

Hace ademán de incorporarse y queda con las piernas abiertas y estiradas, pero con el torso hacia abajo y dejando caer los brazos, como desesperanzado y recuerda mientras se termina de incorporar.

- ¡Ah!. Cierto que hoy no andaba con la bicicleta porque se me pinchó la goma de atrás. Menos mal porque sino me iba a dar un golpe más o menos.

Vuelve a fijar la vista en los documentos y acompaña lo que dice con la acción y gesticulando.

- Como estoy no puedo mantener mucho el equilibrio, pero no me voy a volver a sentar sino el pantalón se me va a ensuciar, así que abro las piernas un poco más, me agacho y ¡ya está!. Ahora sin caerme debo llegar hasta las fotos y ¡Huy! el carnet también se está mojando.

Ahora, coloca una rodilla en tierra y con un gesto de dolor dice

- Me siento derrotado, la angustia me hace doler el alma y mi corazón se abate una vez más bajo esta pesada carga.
¡Si los chicos me vieran! Seguro que llorarían por mi.

Agacha la cabeza, y estalla en él un breve sollozo, saca nuevamente el pañuelo, seca sus lágrimas y reflexiona

- Por un momento me imagino niño, mirando esta escena protagonizada por mi Papá, y en su rostro está el mío.

Pausa muy breve

- Estoy como impactado por la imagen lastimosa de ver a un hombre grande, fuerte, vigoroso y trabajador en estado de ebriedad.

Pausa muy breve

- Veo el resultado de querer escaparse de este mundo a través del alcohol.

Pausa muy breve

- Veo lo que ahora ven los demás de mí, pero quizá por ser a la vez protagonista y espectador aprecio lo doloroso de la situación vivida como niño. Me hace comprender el dolor de un hombre que se vuelca al alcohol ... y el de un hijo que no comprende la actitud de su padre.

Se produce una pausa. El actor con gesto de pesadumbre, continúa

- Debo abandonar, tengo que dejar de tomar, mi esposa y los chicos me necesitan sano, eso lo sé. ¿Por qué no tengo fuerzas suficientes? Si mi conciencia, como ahora a cada rato me taladra el cerebro. ¿Por qué no puedo? El alcohol parece ser mi único refugio, donde por momentos dejo de pensar coherentemente y en esa torpeza de pensamientos torpes logro un breve descanso a mi atribulado corazón.

Pausa muy breve


- No es por mal de amores, no es por faltas en los chicos, ni es por razones de salud, es porque no quiero ser grande, no quiero ser Papá de una familia, no quiero tener que dar consuelo a los demás, a mis hijos, no quiero ser el amparo de mi gente, no quiero, no quiero, no quiero ser hombre aún. Quiero volver a ser niño, quiero volver a las faldas de mamá, a sus brazos para que me arrulle, quiero volver a montar en la bicicleta de Papá para irnos juntos a trabajar, quiero sentir el fresco de las mañanas en mi rostro, como cuando me enviaban a la escuela, con el guardapolvos blanco y el portafolios con un sandwich de dulce para el recreo.

El actor estalla en llanto, deja caer su cabeza, mientras disminuye la iluminación del escenario, como apagando la imagen. Luego de un breve lapso vuelve la iluminación más fuerte que la anterior. Como mirando al cielo exclama

- ¡Mamá!!!, ¿Dónde estás? ¡Mamá!!!! ¿Dónde estás con tu regaño, dónde con tu mano cariñosa, dónde con la merienda y el pan con dulce, dónde Mamá.

Pausa muy breve


- ¿Por qué me abandonaste Mamá, al hacerme grande, por qué dijiste que ya no me retarías más pues era un muchacho grande que sabía lo que hacía?.

Un nuevo sollozo mientras deja caer la cabeza, y una pausa hasta lograr la calma. Disminuye levemente la iluminación. Levanta la cabeza y continúa

- Es cierto que siempre fui responsable, que quería ser mayor y que amo a Luisa, es cierto que siempre fui un padre responsable y cariñoso, pero una buena parte de mi forma de actuar ha demandado su esfuerzo, tuve que dejar de ser hijo, tuve que soportar lo que todo hombre, con los avatares propios del trabajo, la familia, la vida en sociedad...;tuve que soportar las injusticias propias de los que nos llamamos adultos.

Pausa muy breve

- Me cuesta, soy débil, no soporto esta presión. Estoy apesadumbrado, estoy llorando de pena por mí.

Se seca las lágrimas con el pañuelo. Se pone en cuatro patas y comienza a dirigirse hacia los documentos. Vuelva la iluminación fuerte

El actor acompaña con sus acciones lo que va diciendo y gesticula

- ¡Bueno, no le demos tanto a la máquina!. Lo que tengo que hacer lo empiezo cuando me sienta mejor, ahora lo importante es recuperar las cosas que se me han caído. A ver, despacito, primero un paso, luego otro. Ya estoy mejor, ahora me estiro un poco y recojo todo. Primero seco las cosas en el pantalón, le doy un beso a la foto de Clarita y desde el fondo de mi corazón le pido perdón y hago una promesa de cambio, solo espero que ella no me vea en este estado pues moriría de vergüenza al ver que tiene un padre borracho.

- Ahora que junté todo, me levanto y vuelvo a casa, despacito. Justo estuvo lloviendo y hay barro por todos lados, lástima los zapatos, pero me descalzo y listo, sino Luisa me mata.

Aquí el actor se quita los zapatos, sosteniéndolos con una sola mano y continúa con su monólogo

- Menos mal que Luisa me reta un poco, pero me parece que debería hacerlo más, entonces yo sentiría el amparo de ella y al portarme mejor podría refugiarme en el marco de esa “obediencia” y aunque no “madure” del todo estaría fuera del peligro de una vida en libertad, sólo debería obedecer y no ser el obedecido.

Pausa muy breve

- Me cuesta ser hombre y Luisa quiere un hombre a su lado, no un niño y yo estoy actuando así. Me temo que los perderé, no puedo seguir tirando de la cuerda de su amor por mí, debo recapacitar, pero ¿Cómo hago para comportarme bien?.

Se apagan las luces suavemente, quedando todo el escenario en oscuridad total.

Silencio y oscuridad por espacio de 5 segundos, tras los cuales comienza a escucharse el vals “Danubio Azul” de J. Strauss, en tono muy suave.

Desde el centro del escenario y cercano a la platea, aparece el actor, caminando despacio, con la campera sobre el hombro izquierdo y los zapatos en la derecha. El estado de ebriedad no es tan notorio como en el primer acto. Se dirige, dando la espalda al público, hacia el paredón de la costanera. Se detiene, deja los zapatos en la vereda, apoya la campera y los brazos sobre el paredón. Se detiene la música y sus pensamientos se escuchan a modo de voz universal, suplantándola.

Grabación:

· Ya me falta poco para llegar a casa, busco ir por la costanera para sentir el aire fresco del río y así despejarme un poco. Debo recomponer mi vida. Ahora con la luna llena sobre el río y el aroma de las hierbas serranas es como si mi cabeza se despejara. Van cambiando mis sentimientos, alternando los negros con los buenos y en mi fuero interno tomo finalmente una decisión, siento que es de verdad.

Silencio total. Se da vuelta el actor, con su mano izquierda apoyada en la pared, mira al público. Retorna la música, suavemente, continuando donde fuera interrumpida. El actor estira sus brazos muy lentamente, sosteniendo por el cuello la campera con la mano izquierda, y exclama:

- Trae el río su vida y la da, trae la luna su vida y la da, trae el aire su vida y la da. Te escucho Mamá, te escucho Luisa, ustedes también lo han hecho. Tengo mi vida, debo traerla y darla.

Retorna la música, suavemente, continuando donde fuera interrumpida. El actor baja lentamente los brazos, lleva el mentón hasta el pecho.

Luego de una pausa, dónde sólo se escucha la música de fondo, el actor eleva la mirada al cielo y con un gesto de angustia, cae de rodillas, las palmas hacia arriba, en actitud de súplica; se interrumpe abruptamente la música y en un tono desgarrador, grita:

- ¡Mamáaaaaaa...!!!!



Finalmente, cae su cabeza sobre el pecho.

Cae el telón


FIN