Catamarca letras

sábado, septiembre 02, 2006

Mi verdadera lujuria

461 palabras- 2/9/05

Alto, robusto, con una incipiente calvicie y el inevitable batón blanco, miraba con la vista perdida en la lejanía celeste, apenas rosada, del amanecer otoñal que ingresaba tímidamente por el gran ventanal. Acariciando su barbilla recién afeitada, expresaba, monologando con grave y fuerte voz, mientras gesticulaba.
“Creen que uno necesita eso. Como si no fuéramos más que un poco de minerales de escaso valor.
Sabes muy bien mi querido Rubén, quizá mejor que yo, que todo pasa por ahí, por lo que tenemos detrás de los ojos, debajo del pelo. Nada es algo sin eso, lo demás… pura mentira.
El trabajo es buen consejero, la arcilla te convierte en un dios, puedes crear. Tu mente se libera del atavío mundano, logra internarse en las selvas tropicales del conocimiento, en el análisis auto concebido.
Mientras ellos me ven atado, prisionero de esta realidad, soy libre, capaz de dibujar en el alma de estas simples piezas de barro mi viaje.
Por eso río cada vez, la aventura del pensamiento libre me lleva a confines inusitados, a deliberaciones con mí mismo acerca de una u otra forma de ver el mismo universo. Reflexiones que me hacen reír de la estupidez de ciertos personajes de este mundo al que llaman realidad.
Río Rubén, por que se quedan con lo material, con lo matemático y pretenden sanearme con… Ja, ja, ja.
Río Rubén. ¿Sabes? Al verme junto a la puerta, una de sus “burritas” cuchicheó al oído de su compañera. Y despegándose de las ánforas se aproximó con un provocativo contoneo de caderas. Lucía en las sienes una estrecha cinta de seda blanca, que realzaba el negro de sus cabellos.
¡No saben Rubén cuál es mi verdadera lujuria!…Ja, ja, ja”.
¡Escucha Rubén!, escucha esta frase, prima en mí, la que he memorizado para los incrédulos: “”Desde el punto de vista cosmológico, había una manera distinta de concebir el desplazamiento hacia el rojo. A medida que el universo se expande, las ondas de luz se estiran dentro del universo al mismo tiempo que él””.
Vocablos virtuosos, Rubén, que lograron despertar mi espíritu a una nueva aurora, la del pensamiento mágico. Mi mente comenzó a percibir que otra realidad era posible, marchando a pasos agigantados por laberintos filosóficos, que por momentos me apartan de la realidad cotidiana, proponiéndome la invasión a territorios inexplorados por mi ser interior, terrenos quizá cenagosos que me atemorizan pero que a la vez me atraen con un despliegue de adrenalina propio de los deportes de alto riesgo… y el maravilloso vértigo del recorrido por senderos que preconizan el arribo a certezas nunca antes develadas por mi. Temor y sabor a verdad; temer y saber, fascinante idilio.
¡Idiotas!. No saben Rubén, no saben… cuál es mi verdadera lujuria. Ja, ja, ja”